Después del terremoto: la vida en una casa de té
05-14-2018 10:02
CHENGDU, 12 may (Xinhua) -- Todas las mañanas, alrededor de las 7:30, la casa de té de Jiang Weiming se llena con el aroma de esta bebida.
En media hora, la casa de té, que está en el poblado de Yingxiu del distrito de Wenchuan de la provincia de Sichuan, estará llena de clientes.
Todo el té que se sirve aquí es gratis. Jiang quiere que todos, "sin importar si usan zapatos de cuero, sandalias de paja o sombreros de copa, disfruten de una taza de té".
"A los lugareños y los visitantes les gusta sentarse y charlar un rato aquí", dice Jiang, que afirma que abrió la casa de té "por gratitud".
La madre de Jiang perdió a siete miembros de su familia en el horrible terremoto de Tangshan de 1976. Hace una década, un devastador temblor sacudió Wenchuan y dejó un saldo de cerca de 70.000 muertos, 374.000 heridos y 18.000 desaparecidos, y millones de personas que se quedaron sin casa.
Yingxiu estaba en el epicentro y fue una de las áreas más afectadas. Gran parte del poblado quedó destruido. El padre de Jiang estaba en aquel momento en Dujiangyan, que también resultó muy dañado. Por suerte sobrevivió al salir corriendo del edificio en el que se encontraba mientras las viviendas se derrumbaban.
Le dijo a Jiang que habría sido imposible que se reuniesen si no fuera por la ayuda de otros.
"Recibió gachas gratuitas de desconocidos, fue testigo de cómo los soldados limpiaban carreteras día y noche y fue llevado a casa gratis por un taxista. Estaba muy agradecido por todas estas cosas", recuerda Jiang.
Jiang había tenido un negocio de té exitoso en Ya'an, en Sichuan. Tuvo tanto éxito que el gobierno de Yingxiu lo invitó a abrir una casa de té en su poblado.
Cuatro años después del temblor, se trasladó a Yingxiu y comenzó con su actual actividad, pero resultó difícil obtener hojas de té locales de calidad.
El Yingxiu de hoy es un poblado tranquilo lleno de frondosos árboles y agua limpia, en el que se aprecian pocas consecuencias del destructivo terremoto. Pero cuando Jiang llegó, apenas quedaba un jardín de té completo.
Wenchuan adoptó un concepto de desarrollo ecológico después del terremoto y prohibió la minería y la deforestación. A medida que el medio ambiente local mejora, también lo hace el té de Jiang.
Jiang mantiene altos estándares para su té. Insiste en no usar pesticidas y solo deben cogerse las puntas. Ahora vende más de tres millones de yuanes (473.000 dólares) de té cada año y pleanea ampliar su negocio.
Su casa de té se ha convertido en un salón para los lugareños y ha escuchado muchas historias de víctimas del seísmo.
"Estoy impresionado por lo positivos y diligentes que son los residentes locales", destaca Jiang.
Hace varios años conoció a un hombre apellidado Song y a menudo charlan y se ríen juntos. No fue hasta cuatro años después que Jiang descubrió que su amigo había perdido a su esposa y sus dos hijos en el sismo.
"A pesar de todas estas dificultades y traumas, muchos optan por mantener el dolor en sí mismos", relata Jiang. "Desde 2011, muchos vecinos que perdieron sus casas comenzaron a volver. Todo había cambiado y tuvieron que empezar de cero, pero nadie se quejó", agrega.
Jiang tiene un cliente que lo visita una vez al año. El hombre estaba en una obra cuando se produjo el terremoto. "Fui el único superviviente de más de 40 personas", contó a Jiang. "Una vez que sabes que la vida es incierta, te vuelves más pacífico y gentil", afirma.
"La gente en Yingxiu pasó del agradecimiento a la acción", afirma Jiang y detalla que "se ofrecieron para unirse a los esfuerzos de rescate en otras catástrofes, como el terremoto de Lushan de 2013 y el terremoto de Jiuzhaigou del año pasado".
"El espíritu de la gente de Yingxiu cambió mi visión de la vida. La única forma que tengo de pagarles es continuar haciendo té de calidad", sostiene Jiang.