Especial: Ganadora de la medalla "Florence Nightingale" Li Guimei nunca se retira

07-04-2016 08:58

Reportaje especial :　Celebración del 95 aniversario del PCCh

La medalla Florence Nightingale es la máxima condecoración en el mundo de la enfermería a nivel mundial. Una de sus acreedoras es Li Guimei, enfermera en la ciudad de Qingdao, en la provincia china de Shandong. 

Li Guimei tiene 77 años, y alberga un carácter muy especial. Se desempeñó como jefa de enfermeras en el Sexto Hospital Popular de Qingdao. Hace más de dos décadas se retiró de este puesto, pero sigue trabajando todos los días.

Li dice :"Pienso que la vida humana es limitada, no sabemos cuánto tiempo podremos vivir. Mientras esté bien físicamente y pueda moverme, no dejaré de cuidar a mis pacientes. Cuando era niña, mucha gente pobre vivía cerca de mi casa. Cuando se enfermaban, no podían recibir un tratamiento médico adecuado y morían. Entonces pensé que debía dedicarme a la medicina o a la enfermería para poder curarlos y ayudarles a disminuir su dolor."

En 1957, Li se graduó de la escuela de enfermería de Qingdao con tan sólo 17 años. La mayoría de los pacientes del hospital en el que trabajaba sufrían enfermedades como hepatitis, cirrosis hepática y cáncer de hígado.

En 1983, el hospital recibió a un paciente de Singapur llamado Li Shuishun. Padecía distrofia muscular y no podía moverse.

Durante tres meses, Li Guimei le lavó la cara, los pies y la ropa. Al saber que el enfermo no se acostumbraba a la comida del hospital, Li Guimei comenzó a cocinar para él en su casa.

Li señala :"Cuando vio la comida que había preparado para él, se puso muy alegre y se comió casi todo. Me preocupaba que comiera tanto, porque hacía mucho tiempo que no lo hacía. Estaba muy contento."

Li Shuishun no tenía ropa de invierno, pero Li Guimei compró las telas necesarias para confeccionar prendas para él. Gracias a sus cuidados, Li Shuishun se recuperó rápidamente de la hepatitis.

Tras volver a Singapur, escribió una carta al Diario de Qingdao en la que recordaba que Li Guimei consideraba a sus pacientes como su familia, y que era como la madre con el corazón más bondadoso del mundo.

En las últimas seis décadas, Li Guimei ha cuidado a innumerables pacientes como Li Shuishun. Cada día, trabaja 13 horas, al cabo de las cuales se dirige a los hogares de algunos enfermos para ponerles inyecciones y cambiarles los vendajes.

Una familiar de un paciente expresa :"Una vez, a las 9 de la noche, caía una fuerte lluvia y pensamos que no vendría, por lo que nos preparamos para dormir. A eso de las 10, llegó diciendo que lo sentía mucho, que estaba cuidando a un enfermo de gravedad y que por eso llegaba tarde. En realidad, lo sentimos por ella. Ni siquiera había comido. Nos sentimos muy conmovidos. Todos aquellos que viven cerca de aquí saben que si se encuentran en dificultades, la pueden buscar. Ella ha ayudado a muchas familias".

Li Guimei: la enfermera que nunca se retira

Li Guimei hace todo lo posible para ayudar a los pacientes a resolver sus problemas. Utilizó su salario de un año para pagar por la hospitalización de pacientes que no podían permitírselo. Algunos de ellos nunca pudieron devolverle el dinero, pero ella no se arrepiente de ayudarlos. 

La enfermera del Sexto Hospital Popular de Qingdao, Lu Jing destaca :"Li Guimei suele decir que el amor es mejor que la medicina. Ella puede hacer que un desconocido confíe en ella plenamente, y que deje su vida en sus manos. Es algo muy especial de su personalidad, y supone una enseñanza para todas las jóvenes enfermeras."

En 1981, Li Guimei se sumó a las filas del Partido Comunista de China, y, con ello, ratificó su juramento: servir al pueblo con todo el corazón. Por salvar a un paciente, ella se perdió la boda de su única hija.

A lo largo de 38 años, ha pasado las celebraciones de la Fiesta de la Primavera, una fecha de reunión familiar, en el hospital con sus pacientes.

Li expresa :"En ese entonces, nos aprendíamos los tres ensayos: entre ellos 'Servir al pueblo' y 'En memoria de Norman Bethune', los cuales me influyeron mucho. Bethune procedía de un país tan lejano, pero viajó a China para servir a nuestro pueblo. Desde aquel entonces se arraigó en mi mente la idea de servir al pueblo con todo mi corazón."

En 1993, la Cruz Roja Internacional le otorgó a Li Guimei la máxima condecoración en la profesión de la enfermería a nivel mundial: la medalla Florence Nightingale.

El gobierno local de Qingdao, por su parte, le concedió un premio de 30.000 yuanes, que en ese entonces equivalía a su salario de una década, pero Li lo donó todo a la Cruz Roja para establecer un fondo para las enfermeras de Qingdao.

Li indica :"El trabajo de enfermera me gusta mucho, pero no importa que uno no quiera dejarlo, sólo puede hacerse durante algunas décadas: es la ley de la vida. Sin embargo, pienso que si hubiera vida después de la muerte, también me gustaría hacer esta labor para servir a los enfermos."

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