Un grupo de artesanas mantiene vivo el bordado de estilo manchú en norte de China

06-23-2016 09:02

China es conocida por producir algunos de los bordados más bonitos del mundo, y el bordado de estilo manchú refleja el espíritu audaz y vibrante del norte del país.

En la región nororiental de la provincia de Liaoning, hogar del mayor asentamiento de la etnia manchú de China, el arte de este tipo de bordado está más vivo que nunca gracias al esfuerzo de un grupo de artesanas.

Un grupo de artesanas mantiene vivo este arte tradicional en el norte de China

Bei Xiaoli es una de ellas.

Bei Xiaoli es una de las pocas artesanas que se dedica por completo al arte del bordado manchú.

Para ella, esto no es sólo un trabajo con el que mantener a su familia, sino también una forma de honrar la tradición heredada de sus ancestros.

Bei Xiaoli, experta en bordado manchú, dice: "Como de pequeña solía estar enferma y débil, siempre tenía que ausentarme de la escuela y quedarme en casa mientras mis compañeros iban a clase. Un día vi a mi abuela y a mi madre bordando. Al principio las ayudaba a enhebrar las agujas, y al final acabé enamorándome de este tipo de arte."

Aunque hoy en día es poco común ver a las mujeres entregadas a este tipo de menesteres, en el pasado, bordar era una de las habilidades básicas femeninas. Ésta podía distinguir a una chica de las demás, y honrar a su familia.

Un bordado bien hecho demostraba la inteligencia de la joven y su destreza. Ellas se bordaban su propio ajuar, incluidos los cojines que usarían luego en su vida como mujeres casadas. Sus creaciones estarían expuestas en su nuevo hogar el día de su boda para que los parientes y vecinos pudieran apreciarlos.

Bei dice: "Ahora mismo estoy trabajando en una funda de tela para un espejo. Estará ribeteada de negro, tal como dicta nuestra tradición."

Aunque el bordado manchú no es tan delicado como los bordados sureños, la vibrante cultura del noreste de China le brinda un carácter único.

Un grupo de artesanas mantiene vivo este arte tradicional en el norte de China

Bei dice: "La gracia del bordado manchú es el fuerte contraste entre sus colores."

Con sus vivas tonalidades y sencillos motivos, el bordado manchú es muy práctico y se usa en la ropa, los delantales, las cortinas para las puertas y los baberos de los niños.

Bei dice: "En la época de mi abuela siempre perdían la noción del tiempo mientras trabajaban."

El marido de Bei lleva veinte años en el paro, por lo que su familia siempre ha dependido de sus creaciones.

Con el creciente aprecio por la cultura tradicional, su trabajo es cada vez más popular, y a veces hace encargos para museos tradicionales e incluso coleccionistas extranjeros.
Para Bei, además de una fuente de ingresos, esta tradición ancestral es una fuente de orgullo.